Algo parecido ocurre con el escritor noruego Karl Ove Knausgård, que en los últimos años ha recibido muchos elogios por su enorme obra de ficción autobiográfica "Mi lucha". A lo largo de varios miles de páginas que prácticamente hipnotizan al lector, Knausgård nos recuerda los fascinantes detalles de la vida cotidiana. No es tan crítico ni tan satírico como Houellebecq, pero escribe con la misma ausencia de ilusiones y sus libros están todavía más entretejidos con su propia vida. Pero ¿podemos decir que la gran obra de Knausgård es una autobiografía? No, tiene tan poco de autobiografía como este libro tiene de obra de autoayuda. O podríamos decir que por virtud de su monstruosidad logra deconstruir la autobiografía como género. Una autobiografía relata las grandes decisiones y acontecimientos que el escritor ha creado o que le han servido para convertirse en lo que es. Knausgård, en cambio, nos habla de situaciones triviales, como, por ejemplo, de llevar a los hijos a una guardería sueca políticamente correcta o de los problemas derivados de su escasa experiencia sexual. Y no son cosas que mencione de pasada: son pilares de su libro, que no es tanto un autorretrato como una reflexión literaria acerca de la vida humana y nuestras relaciones con los demás, con la familia y la naturaleza. Es posible que ni los libros de Houellebecq ni los de Knausgård sean objetivamente correctos (además, ambos han tenido que defenderse ante tribunales, ya que hablan de lugares y personas reales), pero en un sentido más profundo, creo que sus libros ofrecen descripciones auténticas de nuestras vidas, justamente debido a su falta de ilusiones y al hecho de que se centran en los aspectos negativos de la vida. Esto no nos da una VERDAD en mayúsculas (algo que, de todas formas, probablemente solo existe para las personas religiosas), pero sí nos ofrece descripciones certeras de algunos aspectos de la vida en la cultura acelerada. Y esto demuestra que la literatura negativa y cruda no tiene por qué ser deprimente y descorazonadora, sino que puede ser edificante, ya que hace hincapié en la importancia de todo lo que hay fuera del yo.
SVEND BRINKMANN, Sé tú mismo: la locura de la superación personal, Ned Ediciones, 2020, traducción de Maria Rosich Andreu.