Schwob sobre Shakespeare


La obra maestra de la literatura moderna, Hamlet, es una novela de aventuras. Observe al principio de la tragedia la misantropía del joven príncipe danés, su enloquecimiento frente a la realidad cruel de la vida, cómo alcanza su apogeo y estalla en una crisis interior. Entonces se le aparece el espectro de su padre, provocando una crisis de los acontecimientos exteriores. En el drama de Shakespeare hay un vaivén de emociones ascendentes y descendentes que se corresponden exactamente con el desarrollo de lo exterior, pero siempre de forma que los movimientos del alma de Hamlet conserven su prioridad y supremacía. Recuerde su crisis de indecisión en el momento que el rey de Noruega pide paso en territorio danés, o sus meditaciones en el cementerio antes aún de saber que es el entierro de Ofelia el que se prepara. La crisis de la emoción parece reclamar la crisis de los hechos, y una explosión es la consecuencia inexorable. Esta tragedia está atestada de crisis interiores y la vida de Hamlet es una sucesión de aventuras. Este es el ejemplo que hay que seguir".


MARCEL SCHWOB, El deseo de lo único, Páginas de Espuma, Madrid, 2012, traducción de Cristian Crusat y Rocío Rosa, pág. 40.