2 DE MAYO DE 1991. A comienzos de abril, el 5 creo, murió Max Frisch. Yo viví veinticinco años en Ginebra, a la que no debo absolutamente nada. Ni a la ciudad ni a sus gentes. En cambio, debo mucho a Frisch. Sus paisanos debían repetirse esta frase de Stiller: “El que no escribe ni siquiera sabe que no es”. ¿Sospecharán alguna vez los suizos que no existen? Para mí han sido obras decisivas Yo no soy Stiller, el Diario, El señor Buenapersona, Los incendiarios, Tríptico, Montauk.
JOSÉ ÁNGEL VALENTE, Diario anónimo (1959-2000), Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2011, pág. 287.