Umbral sobre Darío


EDUARDO MARTÍNEZ RICO: La música de la poesía nos lleva a Rubén Darío, que es la música por excelencia en poesía. Tú quieres hacer un libro sobre Rubén Darío.
FRANCISCO UMBRAL: Sí, es uno de mis proyectos, no sé si lo haré, pero me apetece mucho hacerlo.

EDUARDO MARTÍNEZ RICO: ¿Qué hay en Rubén Darío que no está en otros poetas y qué trajo Rubén Darío que no teníamos?
FRANCISCO UMBRAL: Lo cambió todo, porque estábamos en Menéndez Pelayo, Núñez de Arce y Campoamor, y trajo todo, trajo otra vez la verdadera poesía, la poesía lírica, con imágenes, con música, en un mundo totalmente poético. Trajo todo, volvió a empezar.

EDUARDO MARTÍNEZ RICO: Y él es el que pone en marcha la poesía española del siglo XX.
FRANCISCO UMBRAL: El que la pone en marcha, claro, por supuesto. Influye mucho en el 98, a Valle-Inclán, que es un modernista como él. Y en el 27 influye mucho también; Vicente Aleixandre decía que él sin Rubén no habría sido poeta. Y hay modernismo en Aleixandre; aunque él hace surrealismo, hay modernismo en Aleixandre.

EDUARDO MARTÍNEZ RICO: A ti la personalidad de Rubén Darío te es simpática, ¿no?
FRANCISCO UMBRAL: Sí, me gusta, me es simpática y me es entrañable, porque le veo un hombre triste, frustrado, presa del alcohol, con complejo de indio, con muchas complicaciones amorosas, casi siempre sin dinero, un hombre bueno. Me resulta bastante entrañable. Y luego tiene toda esa aureola de mundanismo, de poeta fácil, la parte mala de Rubén, de poesía de abanico para las señoras, así se las tiraba. Pero no importa. Sí, es el principio de todo, porque la poesía española estaba acabada, estaba muerta con Campoamor, Núñez de Arce, etc. La poesía española acabó con Bécquer en el siglo XIX y ya no hubo más.

EDUARDO MARTÍNEZ RICO: ¿Crees que Rubén Darío conecta también con Bécquer?
FRANCISCO UMBRAL: No, no tiene nada que ver, es otra cosa.

EDUARDO MARTÍNEZ RICO: Es una revolución en España.
FRANCISCO UMBRAL: Total, Rubén Darío es una revolución total. Yo lo he escrito muchas veces: fue una revolución que cambió no sólo la poesía, cambió la forma de las lámparas, la forma de los culos de las señoras. Lo cambió todo.


EDUARDO MARTÍNEZ RICO, Umbral: Vida, obra y pecados. Conversaciones, Ediciones Foca, 2001, págs. 112 y 113.