Hay autores a los que necesito continuamente. Cada vez que tomo a Proust es
porque quiero recordar una vez más el infinito cuidado que puede demostrar el
escritor por las indecisiones, pasiones o amores de los personajes. Si leo a
Dostoievski, es porque necesito recordar que, a pesar de todas las demás inquietudes
y proyectos, la mayor preocupación del autor de novelas debe ser la profundidad. Es
como si la grandeza de estos grandes autores se originara hasta cierto punto en la
necesidad que tenemos de ellos.
ORHAN PAMUK, Otros colores, Random House Mondadori, 2008, traducción de Rafael Carpintero