Bellow sobre Dostoyevski


Un detalle curioso: hacia el final de su carrera, en su correspondencia con su amigo, el infame reaccionario Pobedonostiev, Dostoievski se refirió una vez al problema que afrontaba en la composición de Los hermanos Karamázov. Acababa de terminar la parte de Los hermanos en la cual Iván declara sus dudas acerca de la existencia de Dios, ofreciendo devolver su «entrada» al Creador. Tras presentar sólidos argumentos a favor del ateísmo, Dostoievski preparaba la respuesta de la fe. Para ello recurrió al padre Zosima. Esperaba, confiesa a Pobedonostiev, evitar la polémica, que él no consideraba «artística». Responder artísticamente significa hacer plena justicia, respetar proposiciones y armonías de las que periodistas y polemistas no tienen que preocuparse. En la novela, Dostoievski no puede dar paso a juicios personales crueles, inmoderados y arbitrarios. Las convicciones del escritor, aun rayando en el fanatismo, deben moderarse con la verdad.

El grado en que el autor pone a prueba las propias creencias y las expone a la destrucción da la medida de su valor como novelista.


SAUL BELLOW, Todo cuenta, Random House Mondadori, Barcelona, 2007, traducción de Benito Gómez Ibáñez.