A Lord Byron —continuó Goethe— hay que considerarlo: como hombre, como inglés y como gran talento. Sus buenas cualidades derivan sobre todo del hombre; las malas, de haber sido inglés y par de Inglaterra; y su talento es inconmensurable. Los ingleses, como tales, carecen de verdadera reflexión. La dispersión de su vida y el espíritu de partido no les permiten formarse de un modo lento y gradual. Pero, en cambio, son grandes como hombres prácticos.
»Por eso Lord Byron no llegó nunca a reflexionar sobre sí mismo; por eso sus reflexiones, en general, son siempre deficientes, como lo prueba su lema: “Mucho dinero y ninguna autoridad”, pues el mucho dinero paraliza la autoridad. En cambio, logra producir cuanto quiere, y puede decirse que en él la inspiración substituye a la reflexión. Tuvo que poetizar de continuo, y todo lo que provenía del hombre, y en particular del corazón, es en él excelente. Sus obras le han nacido como a las mujeres los hijos hermosos: sin pensar en ello y sin saber cómo.
»Es un gran talento, un talento innato, y no conozco a nadie que posea en más alto grado que él la fuerza poética propiamente dicha. En la visión de lo exterior y en el poder de evocar situaciones pasadas es tan grande como Shakespeare.
GOETHE, recogido por Johann Peter Eckermann en "Conversaciones con Goethe", Athenaica Ediciones, Sevilla, 2022, traducción de Francisco Ayala.