Borges sobre Quevedo


Una realzada gustación verbal, sabiamente regida por una austera desconfianza sobre la eficacia del idioma, constituye la esencia de Quevedo. Nadie como él ha recorrido el imperio de la lengua española y con igual decoro ha parado en sus chozas y en sus alcázares. Todas las voces del castellano son suyas y él, en mirándolas, ha sabido sentirlas y recrearlas ya para siempre. Bien le conocen las más opuestas y apartadas provincias de nuestro castellano, siendo igualmente sentencioso su gesto en la latinidad del Marco Bruto como en la jerigonza soez de las jácaras, barro sutil y quebradizo que solo un alfarero milagroso pudo amasar en vasija de eternidad.


JORGE LUIS BORGES, Menoscabo y grandeza de Quevedo, Inquisiciones. Otras inquisiciones, Debolsillo, Radom House Mondadori, 2012.