
Con la prosa de Valle-Inclán sí podían penetrarse muchos arcanos del mundo todavía no descrito ni pintado de América Latina en folklore, en costumbres, en ciudades que crecen demasiado pronto, en la selva, hasta en la forma humana y en la música, hasta tal punto que Valle-Inclán logra en su Tirano Banderas una novela que es un 50% española y un 50% americana. Y debo decir que el estilo de Valle-Inclán, aunque jamás haya tratado de imitarlo, me sirvió de mucho, muchísimo, y me enorgullece haber estado desde el principio con una buena causa, porque yo estuve siempre con la causa de Valle y tengo la satisfacción de ver que hoy la fama mundial de Valle se acrece de día en día.
ALEJO CARPENTIER, entrevistado por Joaquín Soler Serrano y recogido en Escritores a fondo, Planeta, Barcelona, 1986