Segovia sobre Hugo


5 de junio de 1950
Victor Hugo arroja sobre las cosas un manto azul, que las cubre y encierra enteras, que las hace cuerpo de ese manto, cuerpo del poema. Luego le es fácil añadir un rato lucero tenue (un solo verso, una sola palabra) que transfigura en cielo el manto azul con su cuerpo azul dentro.

Lo que distingue a Victor Hugo de otros poetas es que si a éstos les quitáis lo que en ellos es poeta, poesía, quedan transformados en vulgares burgueses, en padres de familia afectuosos, en tímidos letrados con dos o tres ideas ni pequeñas ni grandes. Pero si a Victor Hugo le quitáis la poesía no queda absolutamente nada. El padre de familia, el tímido letrado, el vulgar burgués en él son también poesía. Por eso parece la suya una poesía vulgar, cuando es una vulgaridad poética, una vulgaridad levantada a expresión máxima y suficiente. El proceso de la poesía es en él tan palpable, casi podría decirse tan grosero, que asusta a muchos.


TOMÁS SEGOVIA, El tiempo en los brazos (1950-1983), Pre-Textos, Valencia, 2009, pág. 19.