Gamoneda sobre Dostoyevski


La aparición de turno ya se había producido: Dostoyevski, con Crimen y castigo. Con esta obra se me deparó una de las experiencias más serias que, a partir de la literatura, pueden producirse; supe, dentro de un oscuro asombro, algo del prodigio fascinante y consolador de la escritura que, a la vez que tiene su valor en la función estética, es decir, en una función creadora de placer, está fundamentada en el sufrimiento. La increíble reunión de estas potencias, placer y sufrimiento, contrapuestas en la existencia y no, sin embargo, en las obras de arte y en la poesía, fue otra de las máximas revelaciones que me ha procurado la lectura. La conciencia de esta bella contradicción, prolongada en la convicción de que la poesía existe porque existe la muerte y lo sabemos, ha llegado a ser una de mis marcas definitivas. 


ANTONIO GAMONEDA, Los libros que me aparecieron, La Biblioteca del Náufrago II, Junta de Castilla y León, págs. 37 y 38.